Por: Eloy Angeles Alegre
En recientes declaraciones a los medios de comunicación, el alcalde de Huaral cuestiona las acciones que desarrolla el sacerdote Eberth Carranza, como miembro de una Comisión Civil que busca conseguir el terreno para el nuevo hospital de Huaral, demostrando un activo compromiso con la feligresía huaralina.
En su pobre concepción de la política y del papel que desempeña el padre en la iglesia y en la sociedad, el alcalde se permite insultarlo: “El padre Eberth está totalmente perdido, no conoce nada técnicamente, porque no es obviamente su profesión, no conoce, no tiene estudios de esto, creo yo que quiere ingresar a política o es político. De verdad que no lo entiendo. Él ya se está yendo por el lado político, criticando a la gestión. Quiere que la municipalidad compre el terreno y saben que eso es inviable. No sabemos qué intención tiene este sacerdote. Por desconocimiento está cometiendo muchos errores. Está metiéndose donde no le incumbe. No tiene por qué actuar de esa manera. Yo estoy pensando seriamente informarlo….”.
Sostiene que ya todo está definido y eso no es cierto, hasta el PRONIS reconoce que la alternativa de comprar un terreno para un nuevo hospital, es todavía viable y de hecho más inteligente que la de simplemente levantar un hospital en una superficie pequeña y gastar una suma enorme en un hospital de contingencia alejado, que jamás podrá adecuarse convenientemente a las exigencias y que luego simplemente será abandonado, además que mientras dure la construcción del edificio, dicho hospital de contingencia funcionará en peores condiciones de improvisación y desatención, poniendo en alto riesgo la vida de cientos de personas. Recordemos que el actual está colapsado.
Además queda claro, que si el nuevo hospital regional se construye en un nuevo terreno, el actual seguirá siendo de gran utilidad para atender a un sector de la población y se habrá ganado doblemente. ¿Cuál es la razón para no desear y luchar por esta opción?. Piense Ud.
Respecto a las ofensivas declaraciones, muchos ciudadanos opinan más bien, que un médico no es formado como dirigente político ni menos como técnico que sea capaz de dirigir exitosamente los destinos de una comunidad. Los sacerdotes por supuesto que sí son profesionales políticos, porque la política no es otra cosa que una necesidad de los individuos de organizarse, con miras a tomar decisiones, cumplir objetivos, llegar a acuerdos y facilitar la vida en sociedad, resolviendo conflictos de manera democrática.
Esto explica por qué la autoridad edil se rodea de un grupo de funcionarios y asesores, pues porque no está debidamente capacitado para ejecutar acciones políticas. Tanto embrollo de que no se puede, o será simplemente que comprando un terreno, la gestión no gana ni un centavo. Recordemos que el alcalde de Aucallama, que es ingeniero y por tanto un técnico conocedor del tema, está ofreciendo hasta 3 terrenos de entre 4 a 6 hectáreas y totalmente gratis. Es que simplemente tiene una amplia visión del problema y si su gestión le da resultado, allá se irá el hospital regional y los huaralinos tendrán que ir a llorar a la playa.
