Hasta el momento, no logran identificar el cadáver hallado en un descampado conocido como Molino Hospital Pampa del Inca ubicado en Chancay en Huaral.
La joven quien sería de nacionalidad venezolana y tendría aproximadamente 20 años, fue asesinada de una manera abominable con 38 disparos, dejando la huella del crimen, el horror y salvajismo por parte de sus verdugos.
La víctima fue hallada boca abajo y en medio de un charco de sangre. Vestía un polo negro y una falda ploma. Un tatuaje en una de sus nalgas también fue visto por la policía. Si este hallazgo ya era escalofriante, la forma en la que fue acribillada fue espeluznante. Tenía proyectiles en la cabeza, el tronco y las extremidades.
Cuando los forenses analizaron el cuerpo la cuenta se hizo estremecedora. Uno a uno los orificios hasta llegar a los 38. Fueron casi 4 decenas de balas para acabar con la muchacha en un homicidio que no se descarta sea parte de los ataques de una mafia dedicada a la trata de personas.
TATUAJE EN SU CUERPO
Este crimen ha conmocionado a todo Huaral, quienes no se explican el motivo que llevó a personas de mal vivir, para acabar con la vida de la joven, quien hasta el momento está como N.N.
Sin embargo, la víctima en el cuerpo tenía un tatuaje el cual serviría para que sus familiares puedan identificarla. No se descarta que este horrendo crimen sea parte de los ataques de una mafia dedicada a la trata de personas.