«Disolver, disolver, temporalmente el Congreso de la República. Reorganizar totalmente el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales, el Ministerio Público».
Sucedió durante la noche de un domingo, era el 5 de abril de 1992, cuando el entonces presidente de la República, Alberto Fujimori Fujimori, decidió dar un mensaje a la nación a las 10:00 p.m. La historia del Perú estaba cambiando en aquella transmisión: el mandatario anunciaba que estaba próximo a disolver al Congreso y a tomar el control de todos los poderes del Estado.
A este evento se le conoce como el Autogolpe de 1992 o el “Fujimorazo”, ya que el expresidente Fujimori estaba dándole un golpe a la estructura bajo la cual se regía el Estado de Derecho que se conocía en aquel momento y al mismo tiempo estaba tomando el control de todo, con el aval de las Fuerzas Armadas.
¿Cuáles eran los argumentos de Fujimori?
Según fuentes del diario El Comercio, el autogolpe tuvo varios meses de gestación. Al menos entre febrero y marzo, el expresidente había sondeado en su entorno cómo recibiría la población esta medida. Pero, ¿por qué tomar esta decisión?
En el propio mensaje a la Nación, Fujimori aludía que cerrar el Parlamento obedecía a su supuesta actitud obstruccionista, ya que no lo dejaba gobernar adecuadamente.
«A la inoperancia del Parlamento y corrupción del Poder Judicial se suma la evidente actitud obstruccionista y conjura encubierta contra los esfuerzos del gobierno por parte de algunas cúpulas partidarias», indicó.
A priori, la decisión fue aprobada por el pueblo, con la condición de que se elija a los nuevos parlamentarios en la brevedad de lo posible, lo cual no terminaría ocurriendo.
Así, el autogolpe de Estado de Alberto Fujimori de hace 31 años fue un episodio que marcó al país desde aquel 5 de abril de 1992. Y es que algunas consecuencias de este día fueron la toma de los poderes por parte del entonces presidente del Perú, el arresto domiciliario de funcionarios públicos como el presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Ramírez y el fin de la división bicameral.
