Cuando los preocupados ojos de las poblaciones andinas de Huaral hurgaban el cielo ante la ausencia de lluvias, que hacían pensar en una probable catastrófica sequía, una violenta precipitación hizo que muchos pobladores agradecieran a Dios la llegada de la temporada de lluvias.
En efecto, una intensa lluvia y granizada cayeron sobre la zona y en las partes más altas hasta se registró una visible nevada, que hacen pensar que llegó el agua bendita que sirve para llenar, lagunas, arroyos y riachuelos, que luego bajarán hacia el mar, dotando de agua a las diversas poblaciones de la franja costera.
El fenómeno intenso, lejos de causar preocupación, produjo gran alegría a los habitantes del distrito huaralino.
Esta milagrosa lluvia acompañada de granizo ocurrió el día durante el 22 y 23 de dicieembre, la cual tomó por sorpresa a los pobladores.