Un buzón sin tapa, frente a una institución educativa y por dentro pasa un torrentoso canal de agua. Todo listo para recibir a sus víctimas, al pie del cerrito San Cristóbal.
Los vecinos sostienen que el buzón ya está en esas condiciones desde hace varios días y ninguna de las entidades responsables se aproxima a resolver el problema.
Lamentablemente siempre que un niño ha caído a un agujero así, han tenido que recoger su cadáver a una considerable distancia del lugar. Se tiene que resolver de inmediato.