Una joven que fue intervenida en horario de toque de queda en Miraflores, al parecer en estado de ebriedad, no encontró mejor manera de que no le aplicaran la multa, que dándole un beso al efectivo del serenazgo.
El sereno al final, sucumbió a los encantos de la joven, correspondiendo a su acaramelado beso. Para su mala suerte, había vecinos grabando la escena, que lejos de aceptarlo como algo gracioso, se indignaron por el hecho, comunicándolo a la municipalidad.
Todo parece indicar que el sereno ha sido despedido de su trabajo.