Inicio ACTUALIDAD Salieron diciendo “ya regreso mamá” y no volvieron

Salieron diciendo “ya regreso mamá” y no volvieron

Aunque no se conocían, Jack Bryan Pintado Sánchez (22) y Jordan Inti Sotelo Camargo (24) tenían muchas cosas en común: los dos provenían de hogares humildes, tenían objetivos claros en la vida, se preparaban para ser profesionales y de esa manera poder sacar adelante a sus familias.

Lo que Bryan e Inti también tenían en común era su espíritu luchador y su intolerancia hacia las injusticias, según comentaron los deudos. Fue este sentimiento de impotencia ante la asunción de Manuel Merino y la vacancia presidencial, lo que los llevó anoche a marchar en dirección al Congreso de la República para expresar junto a miles de personas su rechazo al gobierno de facto.

Inti, como lo conocían sus amigos en Barrios Altos, “se paseaba repartiendo pan cuando era niño. Era tranquilo, era un chico tierno, andaba siempre con su bicicleta y tenía gusto por los viajes al interior del país, seguro por eso estudiaba Turismo y Hotelería en el Instituto Cesca. Siempre me saludaba con mucho respeto. La mamá de ellos -los tres hermanos- nunca les gritaba, nunca les habló fuerte”, comenta entre lágrimas una de sus vecinas.

Dijo que iría a la marcha hasta las nueve y luego regresaría. Al ver que no regresaba, el papá de Inti lo llamó para preguntar a qué hora regresaría y escuchó del otro lado del teléfono: “Disculpe, yo no soy su hijo, soy del hospital Grau, su hijo ha fallecido”.


Bryan Pintado llegó a Lima desde su natal Loreto a los tres años de edad. Desde ese momento, siempre fue muy unido a su abuelita. Fue ella quien lo crió y por eso le decía ‘mami’. Era tranquilo, noble y buen muchacho. Así lo describen sus familiares.

Óscar Pintado, padre de Bryan, se encontraba con su madre cuando recibió una llamada. “Una señora llamó a mi teléfono y me dijo el apellido de mi nieto y yo no lo podía creer, le dije que me mande una foto para ver si era él”.

“El salió como a las 2 después de almuerzo, me dijo ´mamita ya vengo´, le di su propinita, y salió contento”, recordó la abuela.

“Hasta ahora yo no puedo creer que mi nieto esté muerto. Nadie me llamó a pesar de que él tenía sus documentos y celular. Su plan era estudiar, su meta era estudiar derecho porque veía mucha injusticia», comentó.

“Lo mataron como cualquier cosa estos ´señores policías´, con el perdón de los señores porque no mecen llamarse así. A la gente que mata a otro ser humano solamente hay que llamarles asesinos porque eso es lo que son”, manifestó.

El padre de Bryan tenía conocimiento del descontento de su hijo. Él dice que existen universidades que son un negocio y debido a su condición económica se complicaba que Bryan siga con sus anhelos de estudiar abogacía.

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