Tedros Adhanom Ghebreyesus, (presidente de la OMS), aparece en todos los telediarios investido de autoridad universal, cuyo criterio no puede ser puesto en duda; se apela a su palabra, a su supuesta infalibilidad científica y política; se recurre a sus análisis, que se hacen inapelables por las siglas que le emparan (OMS), como si dicha organización fuera una iglesia cienciológica y lo que dice el profeta fuera la palabra de Dios.
Pero este señor NO es médico, es más, fue ministro en Etiopía y se le acusa de haber ocultado el padecimiento de 3 epidemias que azotaron dicho país, algunos creen que en forma experimental. ¿Cómo es posible que el mundo le de tanta credibilidad?.
¿Quién lo nombró y con qué fin?. Levanta la voz cada vez que hay que hundir cualquier tipo de cura contra el COVID 19. Ensalza a los que vienen fabricando y experimentando las vacunas, pues a todas luces será un excelente negocio.
No dice por ejemplo que las vacunas contra el virus, están manipulando los ácidos nucleicos y por lo tanto serán agentes productores de mutaciones en el género humano. Pero sí se opone por ejemplo a la vacuna peruana del Dr. Manolo Fernández.
Resumiendo, Tedros Adhanom es cómplice de un peligroso experimento que se quiere hacer contra el ser humano y peor aún. No investiga ni dice nada contra los que han creado el virus y la finalidad de por qué lo fabricaron. Pero no está solo, en su oscuro accionar cuenta con el respaldo universal de los medios de comunicación.