Nos duele lo ocurrido con la muerte de trece jóvenes que violando las disposiciones gubernamentales concurrieron a una discoteca y por huir sufrieron una trágica muerte.
¿Culpa de ellos? No lo creo, ellos han sido víctimas de un sistema educativo que ha reducido la educación a solo “derechos” y ha eliminado los deberes y las responsabilidades. En pocas palabras, un sistema educativo en donde ser mal educado y violar las normas es un derecho. En el Perú al abuso del derecho se le llama derecho a la educación.
Los colegios hace mucho tiempo que carecen de autoridad para formar en disciplina. Los profesores especialmente han sido desautorizados para corregir e imponer sanciones; hace tiempo que han dejado de ser los segundos padres y solo son considerados como simples instructores. Esta desautorización proviene no solo de los padres de familia sino también del estado.
No importa la gravedad de la indisciplina en un centro educativo, el alumno está protegido por el estado y no se puede tomar ninguna medida drástica contra ellos. El protocolo del Ministerio de Educación señal que POR NINGÚN MOTIVO un alumno puede ser separado, suspendido o expulsado de un colegio. Esto cuenta incluso para casos de abuso escolar, consumo de drogas, acoso sexual o violaciones. ¿Y sobre la víctima? Pues tiene que resignarse a convivir con su agresor. Si un colegio opta por suspender a un alumno así sea por un día por la gravedad de la falta, entonces en un instante tiene la presencia de la UGEL, la Demuna, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y cualquier órgano del estado que se sienta competente. Finalmente resulta que se sanciona al colegio y no el alumno infractor.
Toda violación de la norma está protegida y a eso también le llaman “Derecho a la Educación”. Por eso es que a los jóvenes se les ha formado en la idea que pueden hacer lo que quieran y que siempre estarán protegidos no importa lo que hagan. Y ahí tenemos las consecuencias.