Científicos canadienses afirman que el vino podría ayudar a aliviar efectos del COVID-19. De acuerdo a un estudio de la Universidad Laval (Canadá), tanto el vino blanco como el vino tinto, podrían ayudar a mitigar los efectos respiratorios del temido COVID-19.
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Es que en la fabricación del vino, se muelen las uvas con piel (cáscara) y pepas. En la piel se encuentran diferentes sustancias antioxidantes, como las flavonas, que protegen a los vasos sanguíneos, por lo que son cardiosaludables y previenen la arteriosclerosis, además estimulan el sistema inmunológico, con el cual el organismo enfrenta al coronavirus.
Otra sustancia que contiene la uva es el resveratrol, que se ha mostrado eficaz para prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard han demostrado que el resveratrol, que abunda en la piel de la uva negra, es capaz de estimular, las sirtuinas, unas enzimas celulares que retrasan el envejecimiento y que previenen enfermedades geriátricas como el Alzheimer.
Se puede decir que la uva es un excelente recuperador energético, que deportistas, niños y jóvenes pueden y deben utilizar. Sin embargo, por su contenido de azúcares, no es aconsejable para los diabéticos.
En conjunto, se puede afirmar que la uva posee una marcada acción antioxidante que estimula el sistema inmunitario y tiene efectos beneficiosos en el sistema cardiovascular porque mejora la microcirculación sanguínea y previene la degeneración vascular.
Un dato a tener en cuenta es que la uva negra es más «potente» en antioxidantes, por lo tanto el vino más recomendable es el de Borgoña.
