En el mes de abril, muchos países tuvieron que imponer rigurosas medidas de confinamiento, los niños de más de 194 países se encontraban desescolarizados; es decir, aproximadamente el 91% de los estudiantes de todo el mundo. Esto ha ocasionado una disrupción enorme en las vidas, el aprendizaje y el bienestar de los niños a nivel mundial.
UNICEF está colaborando con los gobiernos y las escuelas para que los niños, especialmente los más marginados, sigan asistiendo a clase y aprendiendo. No se trata simplemente de reabrir las escuelas, sino de reabrir mejores escuelas.
A medida que las escuelas abren de nuevo sus puertas en algunos países, las estaciones para el lavado de las manos, el distanciamiento físico, el uso de mascarilla y la comprobación de la temperatura se están integrando en la vida escolar.
Sujeto golpeó salvajemente a un gatito en plena vía pública
En el Japón: La Escuela Central de Samtengang, distrito de Wangdue, Bhután, recibió a sus 134 alumnos el 1 de julio. En China: Antes de ingresar al jardín de infancia en Chongqing, que reabrió el 2 de junio, los niños utilizan desinfectante para manos y se comprueba su temperatura. A fin de que los niños se mantengan sanos y seguros, el personal y los maestros han adoptado diversas medidas, como controlar los síntomas de la COVID-19, fomentar las buenas prácticas de higiene y desinfectar las aulas y los dormitorios.
Los niños están regresando gradualmente a la escuela tras el brote de COVID-19. En función de las medidas de control y prevención de la enfermedad, los horarios de asistencia varían según la provincia y el grado escolar.
UNICEF está colaborando en la elaboración de instrumentos prácticos de orientación y asesoramiento, con el objeto de apoyar a las autoridades locales, las familias y los estudiantes.