Los psicólogos señalan que es ridícula la idea que los niños perderán un mes de clases a raíz del aislamiento social obligatorio.
Indican que esta es una brillante oportunidad para enseñar a los hijos a realizar las tareas del hogar: a cocinar, lavar su ropa, plancharla, doblarla y acomodarla en los roperos o estantes; a hacer limpieza de la casa, a coser una bastilla o los botones.
Mejor aún: a tratar a los demás con respeto, a respetar los bienes ajenos, a saludar, a ser solidarios en los peores momentos, a reconocer la importancia de la unión familiar, a aprender lo bueno de cada situación.
No se trata de un desperdicio de clases, lo mejor del aprendizaje para la vida, se recibe en el hogar.