El Gobierno italiano ha extendido las medidas de aislamiento del norte del país a toda la península para intentar contener el coronavirus, que ya ha dejado 463 muertos, y estudia pedir a Bruselas que le conceda mayor margen de desviación del déficit, que se suma a la ya solicitada, porque el impacto económico será muy significativo.
Las escuelas y universidades seguirán cerradas hasta el 3 de abril, se suspenden todos los eventos deportivos y se prohíben las concentraciones públicas. Son algunas de las medidas incluidas en el decreto que se publicará esta noche en el Boletín oficial del Estado y que entrarán en vigor mañana.
El documento hace extensibles a todo el territorio nacional las acciones incluidas en el decreto firmado el pasado 8 de marzo y que iban dirigidas a la región de Lombardía y 14 provincias del norte del país, área en la que viven 16 millones de personas.
«No habrá una zona roja, una zona restringida del país y otra no. Italia estará protegida en su conjunto. Se trata de evitar los movimientos en toda la península, con excepción de casos de necesidad, por motivos laborales o de salud», anunció el primer ministro italiano, Giuseppe Conte en una rueda de prensa celebrada en la Jefatura del Gobierno, en Roma.
El Ejecutivo se ha visto obligado a tomar estas decisiones después de que los contagios por coronavirus sigan incrementándose en Italia.