China registra 722 muertes ocasionadas por el coronavirus de Wuhan, el cual continúa expandiéndose por el mundo y ha infectado a 34 500 personas.
Hace unos días trascendió que un recién nacido se convirtió en el paciente más joven en sufrir esta enfermedad pulmonar.
El pequeño llegó a este mundo el 2 de febrero en un hospital de Wuhan, la ciudad de China considerada el epicentro del coronavirus.
La criatura pesó 3.25 kilos y luego de 30 horas en observación, los médicos confirmaron que estaba infectado con el coronavirus, detallan los medios locales.
Es menester recordar que la madre del bebé había sido diagnosticada con la enfermedad de origen animal poco antes de dar a luz.
¿Cómo un bebé se contagia de coronavirus?
“Es bastante posible que el bebé se haya contagiado de una forma muy convencional: inhalando el virus a través de las gotas expulsadas por la tos de su madre”, comenta Stephen Morse, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública Mailman, de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos a BBC.
Los científicos estiman que el bebé contrajo el mal del útero de su progenitora, así como también es posible que se haya afectado al entrar en contacto con ella.
Hasta el 6 de febrero, las autoridades sanitarias aseguran que el índice de niños atacados por el virus de Wuhan es poco común, ya que la edad media de los pacientes es de entre 49 y 56 años.
Otro menor de seis meses es portador del coronavirus, así como otro de 8 años, y sumado al recién nacido, todos se encuentran bajo observación y sin riesgo alguno.
¿Los síntomas del coronavirus golpean más a los adultos?
Mark Denison, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt (EE. UU.), apunta a que los niños sean menos susceptibles que los adultos al coronavirus.
Las células infantiles podrían ser menos hospitalarias para el virus considerando también su origen: los mercados de Wuhan en donde se comercializaban especies exóticas son más concurridas por adultos, además de los factores patológicos como problemas cardiacos, diabetes o hipertensión.
“Algo pasa a la edad de 50. (La respuesta inmunológica) se reduce exponencialmente, y es por eso que la mayoría de las infecciones tienen una incidencia más alta en las personas mayores”, resalta la epidemióloga Raina MacIntryre a The New York Times.
El mismo panorama se vivió durante la epidemia del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2003 que azotó China, en cual no cobró vidas infantiles, y al brote de MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio), con poquísimos casos de niños infectados.
LaRepublica