El Poder Judicial sentenció a cadena perpetua a Juan Rubén Villalobos Acuña (60), el hombre que violó sexualmente y asesinó a su hijastra de 10 años de edad en el distrito de Mala, provincia de Cañete.
El caso ocurrió en el 2016 y conmocionó no solo a Mala, sino a todo el país por las circunstancias. En inicio se reportó de la desaparición de la menor luego que su madre le encargara que vaya a una tienda a recargar su celular pues en la vivienda no tenían luz.
Horas después su cuerpo fue encontrado tendido sobre en un descampado del anexo Calicanto, a dos kilómetros de su casa. El cuerpo no solo presentaba varios golpes en diversas partes del cuerpo, sino que restos de su cabello también aparecieron regados en la tierra, y luego la necropsia confirmaría que fue violada sexualmente.
El principal sospechoso del crimen era el padrastro de la víctima, de quien no se supo nada desde que reportaron la desaparición de la niña.
En ese contexto, Luz Armellón Váldez, madre de la menor y pareja de este sujeto, lo defendió y aseguró que la culpa era de un vecino llamado César, quien la habría acosado por varios días y también desapareció del lugar tras lo ocurrido. Incluso, debido a su actitud sospechosa la fiscal Gladys Fernández Portocarrero dispuso su detención por 9 días, pero la mujer finalmente fue liberada.
Días después un examen del médico legista al cadáver de la niña comprobó que Juan Rubén Villalobos Acuña era el responsable de la violación sexual y posterior asesinato, por ello el Ministerio del Interior lo incluyó en el Programa de Recompesas ofreciendo 25 mil soles por información de sus paradero.
El sujeto permaneció prófugo hasta el 15 de mayo del 2017, cuando finalmente fue capturado en una vivienda deshabitada del mismo Cañete por agentes personal de la Dirección de Inteligencia de la Policía Nacional del Perú (PNP)y el apoyo de efectivos de la Comisaría Imperial.