Diversas son las festividades que se realizan en torno al Día de Santa Rosa de Lima. Esto como parte del homenaje a quien fue la primera religiosa de América en ser canonizada por la iglesia católica.
Una de las rutinas más importantes en ese día y que es realizada tanto por estudiantes, jóvenes y adultos es acudir al Pozo de los Deseos y arrojar una carta con alguna petición que esperas pueda ser cumplida por intermedio de la patrona del Perú.
La historia del Pozo de los Deseos es una de las que genera mayor interés por parte de los visitantes y del que a primera impresión se puede saber por la placa que la acompaña: «Rosa arrojó en el pozo la llave del candado de una cadena que se puso en la cintura a modo de silicio, para hacer perpetua penitencia por los pecadores”, se lee.
El hecho se remonta a un acto de sacrificio que realizó Santa Rosa como penitencia por los pecados que cometían las personas. Ella decidió tiró al fondo del pozo la llave del candado, para así no poder abrir la cadena de un cinturón de hierro que utilizaba para flagelarse.
Miembros de su clérigo al enterarse de esto y al conocer las heridas que se infligía, le pidieron que se lo quitara, pero la santa les confesó que era imposible hacerlo. Ella se dirigió al pozo y tras sus súplicas, la cadena se abrió milagrosamente por obra de Dios, otorgándole así un misticismo y devoción que hasta la fecha se mantiene.
Sin duda, ya sea través de salidas escolares o por iniciativa propia, la visita al Santuario de Santa Rosa de Lima es una de los recorridos más importantes que se hace en la cultura religiosa de nuestro país. Muestra de ellos son los comerciantes que en la puerta del reciento venden cartas para que puedas escribir tus peticiones.