Macabro asesinato en Huarochirí. En uno de los jardines de su casa de campo –ubicada en la zona de Palle Bajo, en Santa Eulalia– fue encontrado, la noche del pasado domingo, el cadáver del médico Pedro Rufino Rivera Alva , de 71 años.
Tenía el brazo derecho cercenado, profundos cortes en diversas partes del cuerpo —uno en la yugular—, un golpe en la cabeza y una quemadura en el brazo izquierdo, signos evidentes de la crueldad con que actuaron sus homicidas.
Fue el vigilante de la vivienda el que dio parte a la Policía, al no haber podido contactar al galeno durante varias horas.
Al lugar llegaron peritos de criminalística, que hallaron, a pocos metros de la escena del crimen, los restos de uno de los cinco perros de la víctima, el que habría intentado defender a su dueño del ataque.
MÓVIL DEL CRIMEN
Si bien el móvil del crimen aún se encuentra en investigación, la magistrada Ofelia Pino Rivera, de la SegundaFiscalía Penal de Chosica , no descartó que se haya tratado de un acto de venganza. “Tiene un golpe en la cabeza y un brazo cercenado. Aparentemente, no se llevaron las pertenencias de la casa”, señaló.
Por su parte, el jefe del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, Juan Quiroz, precisó que Rivera presentaba varias heridas punzo cortantes, una de las cuales compromete la yugular del cuello. “Ese corte le causó la muerte y no el golpe en la cabeza”, manifestó.
TENGA EN CUENTA
– Vecinos indicaron que Pedro Rivera solo acudía a su casa de campo, en Santa Eulalia, durante los fines de semana. 
PERÙ 21