Las intensas lluvias y huaicos que azotan al país ponen en riesgo las condiciones de vida de más de cuatro millones de personas, según un reporte técnico del Instituto de Defensa Civil, Indeci.
Pero la inclemencia del clima también tendrá efectos negativos sobre la economía, según advierte el ex presidente del Centro de Planeamiento Estratégico, Carlos Anderson.
“Desde el punto de vista económico definitivamente vamos a ver problemas de precios que se van a elevar, por un lado, producción que no se va a terminar de producir, infraestructura destruida, inversión que no se va a realizar porque necesitaba de otras condiciones”, apuntó el economista.
Otro de los grandes riesgos, una vez pasada la tormenta, es que aumente el número de pobres. Ya en el 2017, año en que azotó el Niño Costero, 400,000 personas pasaron a situación de pobreza y la cifra de pobres pasó de 20.7% a 21.7%, registrando así su primer incremento en una década.
Anderson sostiene que al tener un 73% de trabajadores en la informalidad sin ningún tipo de seguro de vida, fondo de pensiones y un trabajo precario, la vulnerabilidad de que estos pasen a la pobreza es mucho mayor.
Los riesgos en el sistema financiero también aumentan producto de las intensas lluvias. Según la central de riesgo Sentinel, existen más de 800,000 micro y pequeñas empresas con un riesgo muy alto de atraso en el pago de su deuda, que asciende a S/11,826 millones.
“Si hay crisis en el norte por todo lo que estamos viendo y no hay empleo la gente no va a poder cumplir con sus pagos, entonces alguien tiene que sentarse, el consejo de ministros tiene que empezar esto de manera proactiva y anticiparse”, agregó el también presidente del Instituto Futuro.
El problema, según Anderson, es que tenemos un Estado burocrático, ineficiente y en muchos casos paralizado por la corrupción. Y la demora en la reconstrucción de norte es, quizá, la prueba más palpable de esa realidad.