En la localidad de Kharoy, en Rusia, una joven de 20 años llamada Viktoria Sagalakov le dejó encargado a sus padres que cuiden de su bebé de tan solo 11 meses para irse de viaje de vacaciones, sin imaginar que al volver lo encontraría carbonizado, informó Daily Mail.
En un momento determinado, el abuelo del Maxim lo tomó entre sus brazos y lo metió en el horno encendido. «Los abuelos se emborracharon y mataron al bebé», explicaron desde el Comité de Investigación regional a cargo de los delitos graves.
Sin embargo, otros vecinos aseguraron que Miyagashev y su mujer, de 42 años, solían cuidar muy bien del pequeño. El caso es investigado como un asesinato y la pareja podría ser condenada a cadena perpetua.