En una de las escenas de la nueva serie de Netflix, Las escalofriantes aventuras de Sabrina, aparece de fondo una estatua que ha traído a la compañía audiovisual importantes dolores de cabeza.
Según seguidores del Templo Satánico, un centro de ocultismo con sede en Massachussetts, la figura que utilizó Netflix es una copia idéntica a la imagen de su deidad: el demonio Baphomet, un ser alado que presenta torso de humano y rostro de cabra.
En la denuncia que presentó el grupo, aseguraron que Netflix empleó la imagen de su deidad sin previo consentimiento. Además señalaron que la estatua llegó a aparecer en un total de cuatro capítulos, ambientando el mundo mágico de la bruja Sabrina en esta nueva adaptación producida conjuntamente por Netflix y Warner Bross.
El Templo Satánico solicitaba en su demanda 50 millones de dólares. Finalmente se ha sabido que Netflix y Warner Bross han alcanzado un acuerdo «amistoso» con los seguidores de esta cultura ocultista para evitar ir a juicio y enfrentar los tres cargos de los que se les acusaba: infracción del copyright, violación de marca registrada y daños al negocio.