Muchas son las formas que la ciencia busca para ejercitar áreas de nuestro cerebro. Escuchar música, realizar juegos de ingenio y agilidad y practicar algún deporte son algunas de ellas. Siguiendo esa línea, un estudio de la Universidad de Yale, a cargo de Gordon Shepherd, explica que beber vino entrena más áreas de la materia gris del cerebro que otro pasatiempo.
El neurólogo Fernando Lizárraga explica que los componentes químicos del vino favorecen al número de antioxidantes presentes en nuestro cuerpo, permitiendo también el mantenimiento de las células neuronales.
“La uva tiene resveratrol en su composición química. Lo que eso marca es que es un antioxidante bastante extenso. Lo que se recomienda en neurología es que el consumo sea de una copa de vino a la semana para las mujeres y dos, como máximo, para los hombres”, explica.
Para Lizárraga, los beneficios del vino en el cerebro no se darían “mágicamente”.“Al ser un antioxidante lo que promueve es que haya una mejor irrigación a nivel cerebral y una no-muerte neuronal y eso hace que con el tiempo, una protección al cerebro. Pero, de que por el simple hecho de tomar vino se evite el Alzheimer o algo, no”, comenta.
El resveratrol fue usado en la bibliografía médica en 1939 por el investigador japonés Michio Takaoka.
Los países con poblaciones más longevas, como Italia o Japón, incluyen al vino en su dieta diaria. «Los que consumen el vino todos los días son más propensos a tener menos probabilidades de patologías cardiovasculares, además de tener menos deterioro cognitivo a nivel cerebral”, afirma.
Nuestro cerebro es un músculo y necesita más que vino para ejercitarlo. Evitar factores de riesgo es importante. «Lo que tenemos que hacer es que nuestra reserva cognitiva, un concepto reciente, se mantenga en el tiempo. La hipertensión, el sobrepeso, la diabetes, todos esos factores de riesgo acumulan las posibilidades de que el cerebro se vaya deteriorando”, comenta.
La investigación sobre los beneficios del vino en la salud continúa su rumbo: Nada está dicho. Lo que si está claro es que el consumo de vino, como de cualquier bebida alcohólica, debe ser moderado.