El asesino de la niña Jimena, de 11 años, quien fue violada, asfixiada y quemada en San Juan de Lurigancho dijo que tiene un cómplice.
César Alva Mendoza hizo la revelación mientras era trasladado al penal de máxima seguridad de Cochamarca en Pasco.
“Yo solo no he sido, hay uno más. El día del juicio voy a decir quién es”, dijo el sujeto en diálogo con Panorama. Alva Mendoza señaló que su cómplice se encuentra “en otra cosa” y que él “ya sabía lo que se venía” y por eso asumió la responsabilidad.
El sujeto descartó haber planificado el asesinato de la menor y dijo que se encontraba en el lugar porque estaba esperando a un agente de la comisaría. Alva Mendoza descartó tener algún vínculo con los policías y dijo que solo jugaba fútbol con ellos.
El confeso asesino de Jimena, intentó justificarse diciendo que estaba bajo los efectos del alcohol y de las drogas. Asimismo, dijo que se quedó con el cuerpo de la menor y que esperó a que su cómplice le de una señal para sacar el cadáver de su vivienda y prenderle fuego.
“A las 11 de la noche saqué el cuerpo al balcón y a las tres de la madrugada lo dejé en la esquina. El otro [su cómplice] vino, me silbó y la saqué en un costal. La dejé en la esquina”, relató el sujeto también denominado como el ‘Monstruo de la bicicleta’.
El Comercio