El seleccionado peruano Christian Cueva, quien es el más engreído de los trujillanos, fue condecorado por la Municipalidad Provincial de Trujillo (región La Libertad) al entregarle las ‘Llaves de la Ciudad’, máxima distinción que otorga la comuna de la ciudad de la Eterna Primavera.
Además, el joven jugador recibió un diploma de honor siendo nombrado embajador en favor de los niños trujillanos.
Tras ser condecorado, el volante nacional se llenó de emoción que lo llevó a derramar unas lágrimas mientras se dirigía a los asistentes que se congregaron en el Salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de Trujillo.
“Esto es lo más grande que he recibido en mi carrera, mi gratitud con todo Trujillo por esta con decoración”, expresó Cueva.
Luego el volante se refirió a lo vivido en toda esta eliminatoria. “Es algo hermoso todo lo que hemos vivido, logrando clasificar a nuestro país al Mundial. Siempre he pensado en mis hijas, en Dios; tengo en mi mente la imagen de un niño llorando y eso me marcó. Toda esta alegría de estar en Rusia 2018 es para ellos y mi familia que siempre está apoyándome”, resaltó.
Así mismo, indicó que siempre pondrá su grano de arena para apoyar el deporte en general, sobre todo de Trujillo y de su querido Huamachuco.
Christian Cueva no dejó pasar el momento para referirse a todo aquello que viene aconteciendo respecto a Paolo Guerrero, quien fue sancionado por la FIFA al prohibirle jugar profesionalmente por un año tras haber dado positivo en una prueba antidoping.
“Todos hemos sentido un duro golpe con lo que le viene pasando a Paolo. Pero confío en que la apelación que realizarán sus abogados surtirá efecto. Confío en que Guerrero estará jugando con nosotros el Mundial”, acotó.
Terminado el acto protocolar, Christian Cueva no dudó en bailar una contradanza de Huamachuco, número artístico que fue presentado por un grupo de danzarines, quienes lo invitaron a acompañarlos en el escenario.
Cabe indicar que el volante de la selección peruana de fútbol jugará -este jueves- en la ciudad de Otuzco el Primera Clásico de la Fe, entre los equipos de los amigos de Cueva y los Devotos Virgen de La Puerta, de quien es devoto.