El figuretismo político no conoce de límites y es capaz de pasar por encima de todos con tal de ganar titulares, así juegue en contra de la gran mayoría. Basta con ver el proyecto presentado por la congresista fujimorista Paloma Noceda para saber lo peligroso que es el poder cuando se encuentra en malas manos.
Noceda tiene en carpeta un proyecto de ley que además de impedir la reelección en las federaciones deportivas, busca el control de la Federación Peruana de Fútbol, entidad que por normas FIFA debe mantener una autonomía y no someterse a ninguna entidad gubernamental.
El proyecto, que cuenta con el apoyo de la mayoría fujimorista en el Congreso, es una bomba de tiempo para el fútbol ya que podría costarnos nuestra desafiliación por parte de la FIFA y, por consiguiente, dejarnos fuera del Mundial Rusia 2018, al cual clasificamos hace algunos días luego de 36 años.
Pese a las críticas, Noceda se ha mantenido firme con su inciativa: “Puede existir preocupación de la FIFA, pero necesitamos hacer las cosas en función del bien del deporte peruano”. De mantenerse este pensamiento de la mayoría fujimorista, hay un peligro latente de quedarnos sin Copa del Mundo.
