Luego que se capturara a Mario Mamani Vilca —acusado de violar y embarazar a su menor hija de ocho años— se desenmarañó una historia de violencia y amenazas a las que eran sometidas tanto la menor como su madre en el centro poblado de Larimayo, distrito de Antauta en Puno.
Mamani Vilca estuvo recluido en el penal de Juliaca (ex Capilla), acusado del delito de homicidio. Al salir vivió con su pareja Marina Vilca, quien era constantemente maltratada.
En un inicio, la mujer intentó encubrir al sujeto diciendo que su hija de 8 años había sido violada por dos sujetos, pero esta declaración fue impulsada por el temor y amenazas de Mario Vilca. Así lo explicó el fiscal de Familia de la provincia de Azángaro, Fernando Cordova.
El depravado aprovechaba que la mujer se iba a un centro de salud local junto a su otro hijo menor para abusar de la menor. Desde hace dos años, Mario Vilca arremetía sexualmente contra la pequeña en ausencia de la madre.
Los profesores de la escuela de la niña fueron quienes notaron irregularidades de asistencia en la menor que tiene 24 semanas de gestación. Ellos informaron el hecho a las autoridades.
El acusado volvería a prisión condenado a cadena perpetua por el delito de violación a una menor de edad. La Fiscalía pedirá prisión preventiva contra el maltratador. En tanto, la menor está recluida en un albergue.
