Entre lágrimas, reunidos todos en el óvalo de la Plaza Unión, los deudos de Jovi Herrera Alania y Luis Huamán Villalobos recibieron la noticia del hallazgo de los restos que serían de ambos jóvenes. Tras siete días de arduo trabajo, bomberos y peritos de criminalística llegaron al quinto nivel de la galería Nicolini.
Llegar allí no fue sencillo. Durante los últimos días, debido al calor intenso que se podía sentir dentro del local comercial, los bomberos tuvieron que aplazar en más de una ocasión el ingreso de los representantes del Ministerio Público y los especialistas en escena del crimen.
Sin embargo, ayer por la mañana, tras dar por terminado el proceso de enfriamiento del predio, un grupo de 10 bomberos ingresó para confirmar el estado del edificio. Solo veinte minutos después ingresaron dos fiscales y tres peritos forenses, acompañados por efectivos de investigación criminal (Dirincri), Dirección de Trata de Personas (Dirintrap) y Seguridad del Estado.
Piso a piso, fueron revisando cada nivel del centro comercial, a fin de confirmar o descartar la presencia de más víctimas. Cuando por fin llegaron al quinto nivel, entre escombros calcinados y una intensa humareda, se vieron obligados a usar una sierra eléctrica para abrir un forado en las placas metálicas del contenedor.
Incluso para los propios rescatistas resultaba imposible romper los 5 candados de acero con los que inescrupulosos comerciantes mantenían encerrados a sus trabajadores.
El espacio de aproximadamente 6 metros de largo por 3 de ancho donde los jóvenes laboraban diez horas diarias, había sido convertido en una trampa mortal de donde no hubieran podido escapar ni siquiera con ayuda.
Médicos forenses señalaron que las muertes de Jovi Herrera y Jorge Huamán habría sido consecuencia del humo inhalado. Junto a ellos se encontró gran cantidad de cenizas y escombros de las cajas y los fluorescentes que adulteraban.
“Es increíble ver el nivel de informalidad con el que eran tratados estos dos chicos”, dijo a La República el director general de Defensa Pública del Ministerio de Justicia, Luis Yshii Meza, quien confirmó que durante las diligencias solo fueron hallados los restos de dos personas.
Luego de la semana angustiante que les tocó vivir, los deudos de ambos jóvenes solo esperan que se haga justicia y que los responsables de lo ocurrido reciban un castigo ejemplar. “Nadie me va a devolver a mi hijo, por eso solo pido justicia por todo lo que le han hecho ¡Justicia! es lo único que quiero”, expresaba Delia Alania, madre de Jovi.
Como ella, Julio Huamán, padre de Jorge Luis, desea ver pronto en la cárcel a Jonny Coico Sirlopu (a) ‘Gringo’, sindicado como la persona que los encerró en aquel lugar y quien al cierre de esta edición continuaba no habido, al igual que su pareja Vilma Zeña Santamaría.
“Él tiene que dar la cara. No se puede escapar de las autoridades. Va a tener que pagar por lo que hizo”, decía mientras abrazaba a su esposa, Bertha Villalobos, quien lloraba sobre sus hombros.
Pedirán prisión para ‘esclavista’
Tras ingresar al local siniestrado y comprobar las condiciones de semiesclavitud en las que laboraban Jovi Herrera y Jorge Huamán, el Ministerio Público podría pedir prisión preventiva para el administrador del local, Jonny Coico Sirlopu, y denunciarlo por trata de personas agravada seguida de muerte.
Por este delito, el también conocido como ‘Gringo’ podría recibir una pena de hasta 35 años de prisión, según el Código Penal. Su pareja, Vilma Zeña, también sería incluida como cómplice.
