Nadie podrá negar la gran calidad política y consecuente con la causa emancipadora, del libertador don Simón Bolívar. Para poner orden en el país y lograr una necesaria estabilidad durante los inicios de la República, decretó la pena de muerte para los corruptos que hicieran mal uso de los fondos públicos.
El decreto fue firmado por don José Faustino Sánchez Carrión y como era de esperar, apenas se marchó el libertador, luego de lograr la independencia de América en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, el congreso derogó la medida.