La ciudad más antigua de América tuvo que cerrar sus puertas a sus visitantes a causa de las prolongadas lluvias, el desborde del río Supe y un huaico que arrasó con los cultivos de la zona aledaña a la Zona Arqueológica Caral, destruyendo además la carretera de penetración y los canales de regadío. Miles de pobladores, productores, agricultores y artesanos que viven y trabajan en sus alrededores, actualmente sin agua potable y energía eléctrica, vienen reclamando atención urgente.
Además de tierras de cultivo, el desborde del río arrasó con el parador turístico hacia el sitio arqueológico. A esto se suma el bloqueo del tránsito por la carretera de acceso a la milenaria ciudadela.
Por otro lado, en el norte del país, sitios arqueológicos tan característicos como la Huaca de la Luna y Chan Chan, así como los museos Brüning, Tumbas Reales de Sipán, Túcume, Huaca Rajada y Sicán no se han visto afectados por las lluvias, y vienen recibiendo a los visitantes con normalidad.
Los sistemas de protección implementados en estos sitios arqueológico y museos se centraron en el mantenimiento de cubiertas instaladas, recubrimiento de estructuras arqueológicas expuestas y refuerzo de sus cercos perimétricos.