«Aquí no ha habido un accidente, aquí ha habido un homicidio. Lo que ha ocurrido en Medellín es un asesinato porque alguien que se atreve a llevar pasajeros, más de 70 personas con la gasolina exacta viola un protocolo fundamental básico de la aeronavegación civil», dijo Ferreira a los medios en la región de Cochabamba (centro).
El ministro mencionó que un avión debe contar al menos con «una hora y media de autonomía de vuelo desde donde parte hasta donde va a llegar y eso no se cumplió» en el caso del avión accidentado. «No hay que perderse mucho en especulaciones (…) está muy claro (que) ha habido un homicidio. Pero ha tenido cómplices, alguien que permitió que ese avión despegue con esa ruta de vuelo es cómplice», agregó el ministro boliviano.
Ferreira aludió de esa forma a la funcionaria de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA), Celia Castedo, quien observó irregularidades en el plan de vuelo de la aeronave de Lamia en el aeropuerto de Viru Viru de la ciudad de Santa Cruz. «Y se va a declarar perseguida política esa señora y se va a otro país, algo que es incorrecto», señaló el ministro.
Castedo, quien ha solicitado refugio en Brasil, sostuvo en una carta difundida en medios locales que fue objeto de presiones de sus superiores en AASANA para cambiar el contenido del informe con observaciones al plan de vuelo de la aerolínea Lamia. La técnica presentó cinco observaciones al plan de vuelo y las reportó en tres ocasiones a la compañía aeronáutica, la primera dos horas antes del despegue y la última veinte minutos antes.
Reiteró que llamó la atención sobre la autonomía de vuelo de la aeronave, que se estrelló antes de llegar a Medellín supuestamente por falta de combustible, según las primeras investigaciones.