Cuando oyen la sirena, tienen que dejar a sus familias y trabajos y corren a sus cuarteles. Allí los esperan trajes estructurales, sus cascos y sus botas, muchas veces raídos. Con más corazón que recursos, salen a combatir incendios, sin cobrar por lo que hacen. Y a veces no alcanzan a regresar.
Los tres bomberos, quienes la noche del martes habían sido declarados desaparecidos durante un incendio en El Agustino, fueron encontrados ayer sin vida, atrapados bajo toneladas de escombros.
La tragedia sucedió en una fábrica de calzados y el fuego se extendió hacia un depósito de medicinas y documentos del Ministerio de Salud.
Alonso Salas Chanduví, Raúl Lee Sánchez Torres y Eduardo Jiménez Soriano temían que dentro del predio, envuelto por extensas llamas, hubiera gente atrapada, y por eso intentaron ponerla a buen recaudo. Pero una pared, de más de siete metros de alto, se les vino encima.
Según especialistas de Seguridad del Estado, esto se habría producido porque las estructuras (columnas y vigas) de metal se dilataron por la intensidad de las llamas, lo que empujó la pared de ladrillos y concreto hacia adentro.
Conmoción en el CGBVP
Los efectivos de rojo, que habitualmente salvan numerosas vidas, esta vez fueron las víctimas fatales. Una verdadera tragedia.
«Es muy difícil expresar lo que ha sucedido; no encuentro palabras para esta tragedia», respondió el brigadier mayor del CGBVP Manuel Vera Romaní. «Hace años que hago esto, y hemos visto cosas horribles. Pero esto tiene una dimensión incomparable», agregó, muy afectado.
Miércoles 11.15 am. El seccionario Luis Schuller cortaba una línea de agua, pero no podía contener el llanto. Otros dos brigadistas se abrazaban, ensimismados, en el puesto de comando. Los médicos del Sistema de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) miraban al vacío. Estaban en shock.
Como no se había visto en años, tres rescatistas habían tenido que ser rescatados.
Lo sucedido tenía tal dimensión que, desde ayer, los bomberos estaban en estado de conmoción. Flores y velas convirtieron a la compañía Roma N° 2 en un santuario.
«Ustedes son nuestros héroes», manifestó afligido el comandante de Lima Centro, Manuel Yi, para dar aliento a sus compañeros.
Los tres bomberos fallecidos habían recibido formación especial en rescate de estructuras incendiadas. Eran hombres que formaban parte de la brigada especializada en el rescate de personas atrapadas.
Cuando una estructura se encuentra incendiándose, lo primero que se tiene que hacer es entrar para rescatar a las personas. Antes de empezar a maniobrar las máquinas, antes de apagar el fuego, antes de hacer cualquier cosa, los bomberos deben entrar para ver si alguien se encuentra en peligro.Y eso hicieron los tres.
El joven Alonso Aalas
Alonso Salas Chanduví fue uno de los que ayer no retornaron a su hogar. Él era subteniente del CGBVP en la referida compañía, una de las más antiguas del país.
El 1° de noviembre cumplía 26 años y le faltaba poco para terminar sus estudios universitarios de administración de empresas. «Mi sobrino era un joven servicial, metódico y estudioso. Siempre estuvo dispuesto a ayudar en situaciones de emergencia, aunque no se encontrara de servicio», recordó Juan Salas.
Dijo también que Alonso dominaba muy bien el inglés y que hacía de traductor de sus compañeros cuando realizaban capacitaciones o cursos con bomberos de otros países. Trabajó en Defensa Civil de varias municipalidades, una de ellas fue la del Rímac.
Alonso fue bombero desde hace 10 años. Había formado una empresa de prevención de riesgos y desastres. Era un joven emprendedor.
Antes de egresar del colegio, Alonso Salas ya había servido como voluntario durante el terremoto de Pisco, en 2007.
Según cuentan sus familiares, estaba en quinto de media y fue junto a Jesuitas a hacer labores en favor de los damnificados del sismo de 7,9, que estremeció Ica y el sur del país.
No importaba el riesgo de sus misiones y el riesgo del lugar en emergencia, Salas siempre mostró vocación de servicio y llegaba a la zona cuando fue requerido.
En un video publicado en la cuenta de Facebook, el joven da su testimonio sobre la experiencia que vivió aquellos días en la devastada Ica. «En verdad, el compartir con los Jesuitas no es algo que te imponen, es un estilo de vida. A uno le nace el ayudar», dijo luego del voluntariado.
«Es un héroe junto a sus dos compañeros que lo acompañaron y lo están acompañando. Todos los bomberos son héroes», dice allí un seguidor.
Raúl, padre amoroso
El deseo de servir a la población como bombero, aun en situaciones complicadas, era una de las principales motivaciones de Raúl Lee Sánchez Torres para incorporarse al cuerpo de bomberos.
Él tenía la intención de aprender algo nuevo, de estar activo, le gustaba ser colaborador. Sus amigos lo describen como un muchacho que siempre guardaba mucho optimismo ante situaciones adversas.
Sánchez Torres era natural de La Oroya (Junín). Tenía 35 años y vivía en San Juan de Lurigancho. Era seccionario desde el año pasado.
Se encontraba separado de su pareja, con quien tuvo una hija. «Deja a un niña de 5 años, que era muy querida por él. Era un padre muy amoroso, nos duele mucho su partida», dijo un familiar en la morgue central de Lima.
Pareja embarazada
El mayor de los tres fue Eduardo Jiménez Soriano. Tenía 45 años, pero llevaba solo seis meses en la institución. Limeño de nacimiento y residente de San Juan de Lurigancho. También se desempeñaba como seccionario. Su pareja estaba esperando un hijo suyo, de acuerdo con lo contado por el mayor brigadier Manuel Vera.
Se destacaba por su espíritu solidario, pues siempre estaba colaborando en las capacitaciones que se realizaban, y en las que siempre hizo un esfuerzo junto a sus compañeros para dar lo mejor de sí.
«Siempre que tenía su tiempo libre se lo dedicaba a los bomberos. Era un hombre muy activo y detestaba las injusticias», aseguró a La República un compañero suyo de la Compañía Roma N° 2.
«Es muy triste esto»
Por la tarde, el comandante César García recordó a sus compañeros. «Hemos perdido tres seres humanos brillantes que espero que el Estado y la sociedad nunca los olviden».
Sin poder contener el llanto, el oficial de bomberos destacó que los ‘héroes de la institución’ murieron intentando buscar vidas que no encontraron. «Ingresaron para salvar vidas, pero se inmolaron en el local. Es muy triste esto. Alrededor de 80 años que no teníamos una pérdida como esta», dijo entre lágrimas.
García confirmó que todos los bomberos del país realizan su trabajo diario de ayuda al prójimo con uniformes desgastados y equipos insuficientes.
«Lamentablemente por una serie de factores el Estado no ha tenido a bien hacer renovación de equipos, pero esa no ha sido la causa. Hay deficiencias, sí, las tenemos, nos falta apoyo de parte del Estado, pero la causa esencial de que estos tres jóvenes hayan perdido la vida es salvar vidas», sostuvo en una entrevista en Canal N.
Precisó que son pocas las autoridades regionales o municipales que apoyan a los bomberos. Por ello pidió mayor interés del Estado en sus necesidades.
«Duele mucho porque a veces se acercan solo por temas políticos, nosotros solo estamos para servir a los ciudadanos sin mirar quién sea. Lo único que necesitamos es equipamiento para trabajar en las emergencias», enfatizó.
Cerca de las dos de la tarde, los bomberos presentes en el lugar rindieron un homenaje y los carros de la institución hicieron sonar sus sirenas. Bajo el lema «Llegamos juntos y nos vamos juntos», los brigadistas no se movieron del lugar del siniestro hasta que los restos de sus compañeros fueran trasladados a la morgue central de Lima.
¿Dónde se originó?
Pero, ¿dónde se originó el incendio? Tanto el brigadier mayor de los bomberos, Manuel Vera, como el general Carlos Tuse, director ejecutivo de Seguridad Integral, aseguraron que el incendio comenzó en la fábrica de suelas y calzados ubicada en la avenida Independencia 1861 y que luego alcanzó un almacén de medicinas para situaciones de emergencia del Minsa.
«El fuego se propagó por la cantidad de químicos y elementos inflamables dentro de la fábrica», coincidieron en afirmar. Sin embargo, un vecino de la zona, que se identificó como Israel, dijo a los medios de comunicación que a las 7:33 de la noche del martes empezó el incendio en la parte del almacén del Minsa.
Las investigaciones se encuentran a cargo de Seguridad del Estado y la Fiscalía.
Patricia García, ministra de Salud, descartó cualquier desabastecimiento. «Felizmente hemos estado comprando y repartiendo, solo hay un par de hospitales a los que no se les entregó ayer (martes). Ya se hicieron las acciones administrativas y tenemos un almacén disponible y hemos hecho un llamado a los proveedores para que las medicinas que se deben entregar sean llevadas a ese almacén», explicó.
La titular del sector Salud insistió en que esta situación no afectará a los hospitales de emergencia de nuestra ciudad.
Además, precisó que las investigaciones en torno al incendio están a cargo de la la Policía.
Datos
Héroes. Los bomberos fueron declarados héroes por el Cuerpo de Bomberos, informó un comunicado. También los ascendieron al grado inmediato superior.
Pesar. El comandante Víctor Mondragón dijo que los familiares recibirán los beneficios de ley. El velatorio será en la compañía Roma 2, en la plaza Bolívar.
Jorge Cerdán
La República.pe