Frente al arrollador y vertiginoso avance de la tecnología, los padres muchas veces, pensamos solo en su utilización por parte nuestra y de nuestros hijos, sin reflexionar en el daño que les podemos estar ocasionando al hacerlos dependientes de dispositivos, como las tablets y los celulares, que para ellos no son de urgente necesidad.
Recientes estudios científicos han demostrado que el uso de la tecnología actual produce en los niños: déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de impulsividad y disminución de la capacidad de regularse (rabietas). Restringen el movimiento, lo cual retrasa el desarrollo físico y contribuyen al aumento de la obesidad.
La falta de control de su uso, en sus habitaciones, disminuye las horas de sueño, privándoles de un adecuado descanso y provocando trastornos de vinculación, déficit de atención, autismo, trastornobipolar, psicosis, aislamiento, y comportamiento problemático, además de aumento de la depresión infantil y la ansiedad, así como de la violencia y la agresión.
También producen disminución de la concentración y la memoria, por tanto, disminución de la capacidad de aprendizaje. La OMS ha clasificado a los celulares como Riesgo 2B (posible cancerígeno), debido a la emisión de radiación.
“Los niños son nuestro futuro, pero no hay futuro para los niños que abusan de la tecnología”.