La columna de opinión que está dando vueltas por todo Internet -y que, en definitiva, es una de las más claras y potentes que se han escrito hasta el momento- la escribe nada menos que Gustavo Gorriti. El periodista no solo se manifiesta sobre el yugo al que viene sometiendo la campaña electoral, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), sino que hasta califica los hechos como un fraude adelantado. Gorriti arremete contra el JNE y para empezar, nos da una descripción breve de escenarios políticos pasados y de cómo la ley puede servir también, para dificultar los procesos.
“En el transcurso de los años –que hace tiempo dejaron de ser pocos – me tocó cubrir como periodista varias campañas presidenciales en el Perú y participar como asesor en una y media. He visto la dinámica de campañas en un país herido, en ruina económica e incierto futuro; y vi también el travestismo de una dictadura que intentaba maquillarse como democracia, hacer como que respetaba las normas mientras las violaba, desde las firmas, el voto, los medios, hasta los jueces y jurados”.
“Los pobres diablos, que sirvieron al dictador y a su Svengali, tuvieron una cosa en común: decían ceñirse a los preceptos de leyes y reglamentos supuestamente elaborados para facilitar el proceso democrático pero en realidad creados para asegurar la permanencia de la dictadura en el poder. Todo un complejo proceso de fraude, que utilizó la ley como trampa y como encubrimiento”.
Pero ese es solo el comienzo. Gustavo aprovecha el momento para compartir su visión de los principales candidatos en campaña, a los que califica duramente.
“Cumplidos los requisitos de nacionalidad y edad, casi cada persona tiene el derecho de ser candidato. Puede serlo un plagiario, porque, como dicen sus defensores, una persona es mucho más que sus plagios. Puede serlo el que afirma que ‘la plata llega sola’. Puede serlo quien cambia veinte veces su versión de cómo le llegó, sola o no, la plata a la suegra. Puede serlo la persona que entró a la política no por su nombre sino por su apellido y que, a la medida de las necesidades de campaña, se aleja lo suficiente del apellido para diferenciarse, pero no tanto como para dejar de guarecerse bajo él”.
Luego viene lo mejor. Gustavo nos dice que, para él, todo está bastante claro: se han bajado la candidatura de Julio Guzmán en la mesa. Toda esta trifulca entre el Jurado Nacional y el candidato morado no es más que una maniobra orquestada para eliminar una candidatura que nadie previó que podía crecer de tal forma. Pero eso no es todo, Gorriti afirma también que esta tacha viene de parte de una complicidad conformada por el Apra, el partido de PPK, el de César Acuña y un grupo de consultores y lobistas.
“Para mí, el escenario está claro: pensaron que tenían controlado el proceso electoral y de repente cambió todo. Julio Guzmán empezó a crecer con rapidez, mientras Toledo se desplomaba, García se salaba con su alianza y PPK sufría del síndrome típico de las candidaturas de pitucos: que cada cual tira por su lado mientras él quedaba dormido sobre sus pies, deslizándose cuesta abajo en las encuestas.
“Entonces, con la complicidad del Apra, PPK, parte del grupo de Acuña y todo el elenco de manejadores, consultores y lobiístas, disfrazados en muchos casos de periodistas, se armó la maniobra para eliminar en mesa lo que amenazaba seguir creciendo en las calles. Y lo hicieron a la bruta, con el tipo de razonamiento que provocaría escrúpulos hasta en Azángaro, porque tuvieron urgencia de hacerlo rápido”.
Para finalizar, Gustavo Gorriti nos dice algo insólito: hay que movilizarse. Pero no por la candidatura de Julio Guzmán sino por el principio. El periodista insta a un movimiento ciudadano que busque impedir esta tacha que hasta la compara con lo ocurrido en el año 2000.
“Hay que impedirlo. Cuando los corruptos blanden lo que dicen es la ley, es cuando hay que movilizarse. Se esté o no a favor de Guzmán, puesto que no es la persona sino el principio lo que está en juego”.
Las palabras del director de IDL-Reporteros nos dicen que el tema es más grave de lo que muchos piensan y que, tanto los ciudadanos como ciertos candidatos, deberían movilizarse en contra de la decisión. Difícil saber lo que sucederá en las próximas horas.