La boca seca puede ser un síntoma de deshidratación durante el verano y por eso la población debe tomar entre seis a ocho vasos de agua a lo largo del día, aunque esto puede variar según la actividad de cada uno, dijeron hoy nutricionistas del Instituto Nacional de Salud (INS).
El experto César Domínguez dijo que no se debe esperar tener sed para beber agua, porque el instinto de beber se pierde con la deshidratación progresiva.
En los niños el consumo de líquidos es importante, ya que son más activos, tienen menor percepción de sed cuando se entretienen y su composición corporal se caracteriza por una mayor proporción de agua en comparación a la de los adultos.
Un consumo inadecuado de líquidos en los adultos mayores puede ocasionar frecuentes estreñimientos, alta concentración de orina, acumulación de grasa, entre otros problemas de salud, acentuándose a medida que envejecen ya que su composición corporal de agua va disminuyendo.
El agua contribuye en dar estructura y forma del cuerpo mediante la rigidez que proporciona a los tejidos, facilita el buen funcionamiento del tracto digestivo, elimina los residuos a través de la orina, mejora el rendimiento físico y cognitivo y regula la función cardiovascular, entre otros beneficios más.
El nutricionista aseguró que las bebidas azucaradas como las gaseosas y jugos industrializados no aplacan la sed, sólo contribuyen con el sobrepeso, la aparición de caries y otros males asociados al exceso de su consumo.
Sugirió reemplazarlas por jugos o refrescos de frutas naturales, agua hervida o clorada acompañada de zumo de limón, naranja, toronja, piña, maracuyá, camu camu, entre otros cítricos siempre bajos en azúcar.
Comentó que por cada vaso o taza de líquido a beber no se debe agregar más de dos cucharaditas de azúcar.