Todo visitante que llega a Huaral, sobre todo con movilidad propia, ingresa por la Av. 2 de Mayo y ahí, al costado de la Capilla de Fátima, como una desventurada tarjeta de presentación, sentado en una silla y casi en estado inmóvil, con un tarrito en la mano para las limosnas, aparece la impactante imagen del señor Máximo Saldaña Quineche.
Este pobre anciano que tranquilamente supera los 75 años, aparece en estado de total abandono. Para él no funciona el albergue de ancianos del padre “pepe”, para él no hay la Pensión 65 ni institución alguna que pueda brindarle atención y auxilio a su lamentable situación, demostrando que en Huaral a nadie le interesa su estado menesteroso.
Urge que el hospital, la iglesia, el albergue o cualquier otra institución social y humanitaria ponga los ojos en este hombre, para poder otorgarle una mejor calidad de vida y los visitantes no se vayan con la imagen de su abandono ante nuestra fría indiferencia.