Francisco, el primer papa oriundo de América Latina, pisa por primera vez en su vida Cuba, donde han sido colgados carteles con su foto en postes, edificios y templos.
Se trata del décimo viaje al exterior del pontificado de Francisco, que comenzó en marzo del año 2013.
La llegada de Francisco provocó el entusiasmo de los cubanos, que le reconocen su intervención para la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos tras más de medio siglo de enfrentamientos.
A su llegada, Francisco instó a Estados Unidos y Cuba a seguir avanzando en el proceso de normalización, tras haber restablecido relaciones diplomáticas el 20 de julio.
«Desde hace varios meses, estamos siendo testigos de un acontecimiento que nos llena de esperanza: el proceso de normalización de las relaciones entre dos pueblos, tras años de distanciamiento (…). Animo a los responsables políticos a continuar avanzando por este camino», declaró.
En la isla caribeña, el pontífice oficiará dos misas campales, en La Habana y Holguín (este), y una tercera en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba (este).
La presidenta argentina Cristina Kirchner llegó este sábado a La Habana para asistir a la misa del papa el domingo en la Plaza de la Revolución.
El papa de los pobres, el defensor de la naturaleza, que denuncia la avidez de las multinacionales, llegó a una Cuba maquillada y engalanada para su visita.
En Holguín, fundada por los españoles en el siglo XVI, bendecirá la ciudad desde la «Loma de la Cruz», desde donde se ve toda la urbe.
En Santiago, segunda ciudad de Cuba, se reunirá con los obispos y rezará por el futuro del país ante la venerada Nuestra Señora de la Caridad, en un país donde el catolicismo convive con la cultura afrocubana y muchos combinan misa con santería.
Si bien no tiene programada una visita a una cárcel, como es su tradición en sus viajes, obtuvo el indulto para 3, 522 presos.
Antes de la visita, en una entrevista de la televisión del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos del Vaticano, reconoció que espera que junto a la liberalización económica y el levantamiento del embargo impuesto por Estados Unidos a Cuba desde 1962, llegue también «una apertura en términos de derechos humanos» .
Algunas voces críticas han deplorado la reconciliación entre la Iglesia y el régimen de Castro, que dejó a los disidentes sin nadie que los escuche. El papa hasta ahora no tiene programado un encuentro con ellos.
(FIN) AFP/MPM