Pese a que no está comprobado científicamente, en el Perú se aplica una singular terapia que consiste en el consumo de un gorgojo procedente del Asia que, afirman sus defensores, es capaz de curar problemas de salud como artritis, asma y hasta cáncer.
La gorgojoterapia se practica hoy en día en el mundo y ahora también en nuestro país, refiere Clorinda Vergara Cobián, bióloga de la Universidad Nacional Agraria La Molina (Unalm). El tipo de gorgojo usado en este tratamiento es el Ulomoide dermestoide.
«Las glándulas abdominales de esos bichos secretan unas sustancias que tienen propiedades curativas y que funcionan como antioxidantes, lo que refuerza el sistema inmunológico de las personas», explicó.
Si no se aplica a la salud, este tipo de gorgojo ataca a los cereales y puede convertirse en plaga cuando se guardan en almacenes.
Existen numerosos casos que demuestran las bondades de este gorgojo. Vergara, responsable del Museo de Entomología de la Unalm, puede dar fe de ello al haber practicado este tipo de terapia durante años.
Pero estos resultados solo se alcanzan si la persona cumple con un tipo de terapia, es decir, ingerir los bichos de la siguiente manera: durante 70 días debe comerse este ejemplar de gorgojito, tantos como el indique el número de días que le toca.
De esta forma, por ejemplo, el primer día consumirá uno, el segundo dos, el tercero tres y así sucesivamente hasta llegar a 70 ejemplares (que será el día 70). De ahí continuará de forma descendente hasta llegar a un solo gorgojo. Este ciclo hay que repetirlo durante un año, se descansa un mes o tres, y se retoma el tratamiento. Puede hacerse de por vida.
¿Cómo obtenerlos? Muy sencillo, refiere la entomóloga: una persona que usa la gorgojoterapia como medicina preventiva tiene que regalarle al solicitante estos bichitos, que son de color marrón oscuro.
Los gorgojos se conservan en un nido que puede ser de plástico o cartón y debe estar cubierto con organza (una tela parecida al tul, un poco más tupida pero que tiene ventilación). «Esta tela impide que ingrese algún tipo de ácaro contaminante», explica.
Dentro de este recipiente debe colocarse una base de salvado de trigo, y sobre ella un pan integral. Los gorgojos –prosigue la bióloga– se alimentan del cereal y se reproducen en el pan donde las hembras colocan sus larvas. La caja –recomienda– debe ubicarse en la cocina, en una zona limpia y ventilada.
«Para usar la gorgojoterapia no se necesita estar enfermo», precisa. Así que ya lo sabe, si usted prefiere la medicina natural no hay bicho malo.
ANDINA