Un joven huachano no encontró mejor forma para ganarse un sencillo, que vestirse de un oráculo egipcio para sorprender a los miles de parroquianos que a diario concurren las calles del centro de la ciudad de Huacho.
Pintándose la cara de negro y poniéndose una túnica, el joven pide a los parroquianos una propina por sorprenderlos y hacerles pasar un momento de susto. Esta forma de ganarse un dinerito, es también realizada en Lima, donde los jóvenes se visten de robots.