La estación veraniega es muy esperada por quienes gozan de la playa, el sol y la arena, pero el deterioro de la capa de ozono, ha hecho que este placentero pasatiempo se convierta en un riesgo para nuestra salud si no tomamos algunas precauciones.
Nuestra piel absorbe radiaciones ultravioletas emitidas por el sol, que se acumulan a largo de nuestra vida y pueden ocasionar daños irreversibles.
El especialista en radiaciones ionizantes Alberto Lachos Dávila, apuntóó que generalmente los adultos mayores que han tenido sobreexposición al sol o han vivido en las cercanías del litoral o la altura, tienen problemas en la piel.
«Algunos con 40 años tienen cáncer. Se calcula que a los 18 años una persona ya se expuso al 80 % del total de radicaciones que absorberá durante toda su vida», comentó.
Según el Ministerio de Salud (Minsa), del año 2006 al 2011 se han reportado 7.242 nuevos casos de cáncer a la piel.
Lachos Dávila indicó que algunas señales de alerta se pueden observar en nuestros lunares. Dijo que aquellos con bordes no muy definidos o asimétricos, así como los que sangran, son motivo de alarma y hay que acudir a un especialista.