Inicio Locales Las cárceles no dan mas

Las cárceles no dan mas

image_content_high_50052091_20140831065103

El hacinamiento penitenciario, un drama que el país arrastra por décadas, vuelve a desafiar las estadísticas.

Cifras oficiales del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) -al 14 de agosto del 2014- advierten que la población carcelaria ha sobrepasado el doble de su capacidad de albergue, convirtiendo a los penales en auténticas bombas de tiempo.

Para muestra un botón: una requisa en el penal de Socabaya (Arequipa), en el 2012, devino en el secuestro de cuatro agentes del Inpe, cuyas consecuencias pudieron haber sido catastróficas.

ESTILO «SARDINA». Actualmente, en el Perú existen 67 penales, cuya capacidad de albergue es de 31,734 reclusos.

Sin embargo, el Inpe tiene que lidiar con una sobrepoblación que ha adoptado el modelo de vida de una sardina, pues tenemos 71,082 internos.


Haciendo matemáticas simples, son 39,348 los reclusos que no deberían estar en las cárceles, pero se encuentran allí.

Esto representa un excedente de 124%, lo que aleja aún más al Perú de los estándares internacionales en temas de seguridad y prevención carcelaria.

Otro dato escalofriante es que al mes ingresan mil nuevos internos a las prisiones del país.

RaNKING NEGATIVO. Todo indica que las políticas del Estado en este tema no han dado los resultados esperados.

Hace tres años que el actual jefe del Inpe, José Luis Pérez Guadalupe, asumió el reto de afrontar dicha problemática, la cual significaba albergar a una masa humana ascendente a 50 mil personas y cuyo aumento no se detiene.

Y es que durante su gestión, la sobrepoblación penitenciaria dio un verdadero salto con garrocha. De julio del 2011 a la fecha -más de tres años- los establecimientos penitenciarios sumaron 22,293 nuevos inquilinos, una cifra histórica equivalente a un 45.7% del total.

Por si fuera poco, la densidad por cada 100 espacios disponibles es de 215, colocando al Perú en el tercer lugar entre 18 países de América Latina, solo superado por El Salvador y Bolivia.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí