El sacerdote Luis Antonio Palomino Palacios, quien fue alcalde del distrito de Quillo, en la provincia de Yungay (Áncash) en el periodo 2007-2010, denunció hoy en la audiencia descentralizada de la Comisión de Fiscalización que vive en la clandestinidad por las constantes amenazas que recibe y porque sicarios lo buscan para matarlo.
“El 1 de junio de 2010 fui agredido por una turba de comandos en Huaraz al mando del señor Elvis Camarena, actual gerente del proyecto especial Chinecas, del señor José Rupay y de la señora Victoria Vásquez Carrillo. Con siete matones destruyeron mi tabique, rompieron mis dientes en aquella oportunidad”, detalló Palomino Palacios.
El siguiente incidente se produjo el 29 de junio de 2012 en Chimbote, cuando tres sicarios lo buscaron en la casa parroquial Santos Mártires, en Miraflores Alto, para acabar con su vida. Afortunadamente, no lo encontraron.
“Desde aquella vez vivo en la clandestinidad. Tengo mensajes amenazadores, cada noche puedo dormir en un lugar diferente”, refirió el sacerdote, cuyo testimonio inició la audiencia de la Comisión de Fiscalización, en la que se escuchan las denuncias de los pobladores sobre diversos actos de corrupción en Áncash.
“El pecado ha sido dejar mi labor sacerdotal durante ese periodo (2007-2010) para ser alcalde del distrito más pobre del Perú, que lo logré transformar, y luego retornar a mi labor sacerdotal”, indicó Palomino.
Asimismo, señaló que personas lo siguen y que su teléfono intervenido. A pesar de la situación que vive desde hace años, no denunció el hecho, pues “buenos policías” le advirtieron que “el coronel de la Policía juega chueco y tiene corazón amarillo”.
“Si ustedes creen que esta vida vale, protéjanla, sino muchísimas gracias”, finalizó el exburgomaestre y representante de la Iglesia Católica.
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