Cuando parecía haber experimentado una mejoría en su delicado estado de salud, de pronto nos llega la triste noticia: Don Oscar Avilés ha muerto.
Don OSCAR AVILÉS es qué duda cabe uno de los máximos símbolos del criollismo. De sus prodigiosas manos brotaron los más bellos e incomparables arpegios para el vals criollo, ya sea melódico o jaranero. Su vida es casi el resumen de la historia del criollismo.
Nacido en el Callao, fue siempre de un carácter jovial y bromista, con una chispa oportuna, exacta y precisa. Gran amigo de todos. Maestro de las 6 cuerdas, con su incomparable guitarra dio vida y personalidad a todas las agrupaciones e intérpretes a los que acompañó.
Inicio su vida artística como cajonero de La Limeñita y Ascoy. Formó parte de las agrupaciónes Avilés-Nuñez-Arteaga, Los trovadores del Perú, Los Morochucos, Fiesta Criolla. Acompañó a Los Ases del Perú, Los hermanos Catter, Los hermanos García, Los hermanos Zañartu y puso su inigualable acompañamiento a grandes artistas como Chabuca Granda, Nicomedes Santa Cruz, Jesús Vásquez, Eloísa Angulo, Lucila Campos, Cecilia Bracamonte, Zoila Zevallos, Panchito Jimenez, El Zambo Cavero y muchos otros.
Con el Zambo Cavero grabó los más sentidos valses dedicados a nuestra patria, de la inspiración de don Augusto Polo Campos. En 1987, fue declarado por la UNESCO, “Patrimonio Artístico de América”, junto a Jesús Vásquez, el Zambo Cavero, Abanto Morales y Polo Campos. El Callao lo honró en 1995 bautizando con su nombre a una de sus calles.
Grande entre los grandes, maestro de maestros, con él se va el capítulo principal de uno de los géneros musicales más populares de nuestra patria: El vals criollo. Sin ninguna duda nuestro país está de duelo… OSCAR AVILÉS, ¡Descansa en Paz!. El Perú …¡Jamás te olvidará!