Los altos niveles de estrés tienen una influencia bastante importante en la infertilidad femenina, sostiene un estudio del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU).
Para llegar a esta conclusión los investigadores analizaron a 501 mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 40 años sin problemas de fertilidad conocidos y que acababan de empezar a intentar quedarse embarazadas.
Posteriormente tomaron muestras de saliva en el momento de la inscripción y en su primer ciclo menstrual con objeto de examinar tanto el cortisol como el alfa-amilasa, dos biomarcadores del estrés.
El seguimiento de sus casos se produjo durante un año o hasta que consiguieron quedarse embarazadas.
Los resultados arrojaron que las mujeres con altos niveles de alfa-amilasa tenían un 29% menos de probabilidades de quedarse embarazadas cada mes y el doble de posibilidades de ser infértiles, que las mujeres que tenían niveles bajos de este biomarcador del estrés.
“Estos resultados deberían alentar a las mujeres a considerar el control de su estrés mediante la práctica del yoga o la meditación”, afirma Courtney Denning-Johnson Lynch, directora de epidemiología reproductiva en la Universidad Estatal de Ohio.