JOSE RAMOS CASAZOLA
Mientras cavilaba sobre las próximas elecciones municipales, me interrogaba, si todo este resentimiento mutuo y el espíritu descomunitario que nos engrillan y nos deshacen, es una característica consustancial a los huaralinos, de la cual no podemos liberarnos jamás, o si solamente es fruto de un proceso de transición, en la búsqueda de una identidad, que permita acrisolar en uno solo, esa diversidad de pueblos y culturas que es en la actualidad Huaral, o si es posible encontrar una síntesis en su camino al desarrollo y poder unirnos fraternalmente en la diversidad, o si realmente estamos condenados a desaparecer como la estirpe de los Buendía en “Cien años de soledad”.
Pienso que para liberarnos de esta parálisis patológica, tenemos que hacer conciencia de lo que nos pasa, tomar consciencia de nuestras limitaciones, potencialidades, de nuestra grandeza y de nuestras miserias, de lo que realmente somos, sin ningún tipo de complejos de inferioridad, pero también sin ningún tipo de hipérboles, saber realmente que estamos haciendo con nuestra provincia, someterla a una resonancia magnética social, si cabe el término, para saber de qué madera estamos hechos los huaralinos y así poder emprender ese reto de construir una COMUNIDAD, que sea precisamente eso, una comunión, un entrañable vínculo de hombres libres, una colaboración de personas dignas, unidas por el indisoluble vinculo de amor por la tierra.
¿Es Huaral una Comunidad?, yo creo que no, y es que no solamente no somos una comunidad, sino lo que es más grave ni siquiera aspiramos a ser una comunidad, vivimos aglomerados en un espacio común, de alguna manera tenemos un estado deficiente, pero nadie se siente huaralino, ni sabe lo que realmente es ser huaralino, un ejemplo puede ilustrar lo que digo: nuestros queridos hermanos ancashinos celebran sus fiestas y sus santos patrones, los hermanos huanuqueños celebran su semana y sus patrones, los hermanos de Abancay igual, nuestros queridos piuranos (soy hijo de un piurano y una huaralina), que fueron los primeros que llegaron, igualmente, los hermanos de la selva ni que decirlo, todos han venido a vivir a Huaral, se han asentado, han hecho raíces, sus hijos y sus nietos han crecido se han convertido en hombres, han creado sus propias familias, pero no han logrado integrarse a esta tierra, no sienten la fiesta de San Juan como suya, ni la semana del distrito, ni la fiesta de la provincia que generosamente los acogió, pero no solamente en las festividades, sino en todas las actividades propias de la provincia se percibe esta ausencia de integración e identidad, por eso creo, que que somos una sociedad desintegrada, fragmentada, sin identidad, sin comunión, y por eso es que cada vez la semana de Huaral y de la provincia pierden su valor, y solo asistimos a un cambalache de verbenas, corso y desfile sin ningún significado.
La provincia de Huaral fue fruto de la tozudez, la perseverancia y la grandeza de hombres como Teodoro Casana Robles, Antonio Mesa Cuadra. José Pinasco Elguera, Vicente Caro Arrollo, entre otros, que tuvieron esa gran visión de unir los distritos de la costa a los hermanos de la sierra que pertenecían a Canta, sin embargo, esa visión culminó el mismo día en que Morales Bermúdez proclamaba la creación de la provincia en nuestra histórica Plaza de Armas, porque luego no hemos tenido líderes políticos capaces de construir una identidad provincial, sobre la cual nos hayamos unido en torno a un ideal común, y de eso somos culpables todos, gobernantes y gobernados, intelectuales, políticos, empresarios, trabajadores, maestros, que no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo nunca y en lo único en que siempre hemos estado de acuerdo los huaralinos, es que no estamos de acuerdo y esa es nuestra gran fatalidad.
Una demostración de la ausencia de liderazgo político y de la falta de identidad, es precisamente la ausencia de estos temas en el debate político, la absoluta omisión de temas relacionados a la identidad provincial o a la construcción de una comunidad de hombres dignos, y por eso la indigencia del debate político en nuestra provincia y quizás por eso la indiferencia congénita del huaralino en torno a los temas inherentes a la cosa pública, y quizás también esa sea la causa, por la que actualmente solo asistimos a componendas, arreglos, pactos, deslealtades, e inescrupulosos contubernios para obtener el poder, lo único que realmente parece importarles a nuestros políticos en la actualidad.
Y realmente es una pena, porque nuestra provincia tiene todas las posibilidades para dar un gigantesco paso, para emprender la aventura más grande de nuestra historia, porque creo firmemente que nuestra provincia tiene todas las condiciones y potencialidades para ser grande, para dar ese salto cualitativo, pero para ello es menester que sus dirigentes políticos ,sobre todo quienes aspiran a ocupar cargos públicos, realmente se conviertan en líderes de nuestro desarrollo y no solamente en administradores de crisis o representantes legales de la comuna , eso cualquiera lo hace, necesitamos liderazgo y compromiso para salir de esta perpetua apatía y abulia social y lograr ser una auténtica COMUNIDAD, que nos permita sentirnos orgullosos de ser huaralinos.