A pocas horas de escucharse el fallo de la Corte de La Haya, el mensaje de paz, reconciliación y de superación de las diferencias resonó primero al mediodía en la Catedral de Arica y, cinco horas más tarde, se volvió a escuchar al otro lado de la frontera, desde la Catedral de Tacna.
Fueron los votos que ofrecieron en conjunto el obispo de Tacna y Moquegua, monseñor Marco Antonio Cortez Lara, y el administrador apostólico de Arica, Santiago Sharp.
En la ceremonia religiosa realizada en Tacna las lecturas bíblicas estuvieron relacionadas al mensaje de paz. Se leyó, por ejemplo, la carta primera de San Pablo a los corintios, donde se pide que no haya divisiones y vivir en armonía.
Durante su larga homilía en una abarrotada catedral de Tacna, Cortez Lara recordó que tacneños y ariqueños “somos pueblos con vínculos muy estrechos, con lazos arraigados”.
Enfatizó así que “la historia ahora reclama que los pueblos vivan en armonía”.
El sacerdote pidió a los feligreses y autoridades de ambos países esperar con serenidad el fallo del tribunal internacional de justicia de La Haya.
Opinó que esta resolución no debe servir para demagogias sino para “hacer proyectos que miren a las personas”.
A su turno, el administrador apostólico de Arica, Santiago Sharp, saludó la acogida que se le da cotidianamente a los ariqueños en Tacna.
“Los ariqueños conocen Tacna, siempre se nos trata bien y la prueba es que volvemos con tanta frecuencia”, dijo.
Sharp recordó que “de los chilenos, los ariqueños somos los que más conocemos al Perú; y de los peruanos, los tacneños son los que mejor conocen Chile porque es parte de nuestra propia vida y hablamos con propiedad”, dijo el religioso chileno.
Tanto el obispo de Tacna y Moquegua, monseñor Marco Antonio Cortez Lara, como el administrador apostólico de Arica, Santiago Sharp, recordaron que el Papa Francisco I siente que este proceso político internacional se viva como un signo de unión, fraternidad y esperanza entre peruanos y chilenos.