El Padre Pepe, conversó con los medios periodísticos, como estaba anunciado y al ser interrogado sobre el mensaje que deja al pueblo de Huaral, dijo muy claramente que el mensaje de su partida es “que continúen luchando para que el albergue, que es una obra de Huaral, cumpla la función para la que ha sido creado. Ese compromiso se hizo con la Municipalidad, la UGEL y la Parroquia. Pido que luchen para que el albergue se mantenga firme y cumpla los objetivos para el que ha sido hecho.
El perfil decía: Albergue de niños, adolescentes y ancianos. Por lo tanto que esto se cumpla. Actualmente solo hay niñas que están en mano de religiosas y son muy pocas, a pesar que tiene capacidad para 70. Yo le he dicho muchas veces al obispo que el pueblo da para el albergue, no para las aspirantes. Por lo tanto la población de Huaral debe luchar para que se cumplan los objetivos”, expresó.
En la reunión con los medios periodísticos, el sacerdote José Martinez Fernández, cariñosamente llamado en Huaral “El Padre Pepe”, contó que el día 14 de Julio de este año cumplió 50 años de vida sacerdotal, pero su edad cronológica de 76 años hace que su retiro no tenga retroceso. “Nosotros nos regimos por el Derecho Canónico, que determina que a los 75 años de edad, tenemos que presentar nuestra renuncia al cargo y yo he cumplido 76; un año más de la cuenta y de hecho tengo que irme. Ahora las monjitas tienen la responsabilidad del albergue y para la parroquia se mandarán sacerdotes jóvenes que puedan continuar con la tarea que hemos iniciado nosotros”, expresó.
Dijo que Huaral necesita de 2 a 3 sacerdotes, para atender los caseríos y los pueblos del interior. “El Papa ha dicho que tenemos que salir de las sacristías y de los despachos, para ir a buscar a la gente, a las ovejas y oler más a ovejas, por estar en contacto con la gente. Me complacerá saber que el obispo no tenga abandonado a los pueblos que yo atendía: Cuyo, Lumbra, Hornillos, Huayán, La Huaca, Jesús del Valle y otros”.
“Yo solo quiero que recuerden mi trabajo, para continuarlo. Los hombres pasan y las obras quedan. Tenemos que trabajar y hacer que en Huaral se viva más en paz, con más justicia, más igualdad y solidaridad. Yo paso pero quedan mis obras y hay que continuarlas, porque nadie es indispensable”, manifestó.