“La incomunicación que sufro desde ayer ya tiene efectos: presión 10/16, ansiedad y vértigos”, aseguró este domingo el expresidente de la República, Alberto Fujimori.
El Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) anuló la línea telefónica que estaba en la enfermería del penal Barbadillo –de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes)–, en Ate Vitarte, en el que Fujimori cumple una condena a 25 años de cárcel.
Por medio de una carta, el condenado por violaciones de los derechos humanos afirma que “el gobierno ha decidido no seguir las recomendaciones de cinco siquiatras porque atenta contra el objetivo de eliminar a Fujimori”.
Asimismo, aclaró que la resolución 562.202 del Inpe “solo se refiere a ingreso de periodistas y equipos técnicos a penales, para sus tareas periodísticas”, esto luego de que José Luis Pérez Guadalupe, titular de la institución penitenciaria, anunciara que el exgobernante va a ser sancionado por no haber respetado la prohibición de ofrecer entrevistas.
Más adelante, dice que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ya habría informado al mandatario Ollanta Humala de que él “no ha cometido ninguna falta”. “Por eso, se ocultó la resolución Inpe a la prensa”, subraya.
Respecto a las visita de 30 parlamentarios, que han acudido a verlo 338 veces, Fujimori sostuvo que “de 762 visitas de no congresistas por lo menos 550 son de mis adoradas nietas, mi mejor medicina”.
“Señor Gobierno no caricaturice este afecto”, concluye en su misiva publicada en la red social Twitter.