Ocho consejos para vivir más seguro
Pareciera que en la ciudad la vida no vale nada, el martes por la noche el estudiante de ingeniería industrial de la Universidad de Lima, Gonzalo Garcia-Pelayo de 22 años, fue baleado por resistirse a entregar las llaves de su moderna camioneta Jeep, que la había estacionado en el frontis de la casa de un amigo, en el Distrito de Surco muy cerca del Centro comercial Jochey Plaza y de la Universidad de Lima, cuando el estudiante toco el timbre de la casa de su amigo, dos delincuentes lo encañonaron pidiéndoles las llaves, Garcia-Pelayo se resisitio al asalto y recibió un disparo en el torax, a pesar que lo llevaron a una clínica, falleció siete horas después, jamas enfrentemos a un delincuente con arma de fuego.
Ante la actual coyuntura de inseguridad en Lima, es bueno recordar que los ciudadanos pueden evitar la delincuencia con una actitud correcta de prevención. El presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana del Perú (Aprosec), César Ortiz Anderson, nos da ocho consejos para minimizar riesgos de ser víctimas de un delito.
1. Al tomar un taxi
Lo mejor es contar previamente con taxistas de empresas formales reconocidas. Prefiere a los registrados por el Setame. Al momento de subir a un taxi, llama a algún familiar o amigo para avisarle que has tomado ese servicio. Dale el número de la placa del taxi y la hora a la que calculas debes llegar a tu destino. Posteriormente, revisa sigilosamente que las manijas, seguros y lunas estén en buen estado.
2. Al ir al banco
Jamás retires sumas importantes de dinero, recuerda que tienes la opción de hacer transferencias de cuenta a cuenta o usar cheques de gerencia. Cuando hayas
retirado dinero del banco, vigila cualquier seguimiento sospechoso. No tomes el taxi que está estacionado cerca del banco, toma uno que venga en ruta. Procura ir acompañado.
3. Al irte de vacaciones
Antes de dejar la casa, verifica el buen estado de puertas, marcos, chapas y
ventanas, así como el buen funcionamiento de sensores, alarmas, cercos eléctricos, cámaras, y otros elementos de seguridad. Es preferible contar con servicios de alarmas con centrales de monitoreo. ¡Ojo! Hay “dateros” que se hacen pasar por vigilantes informales y hasta serenos, y que están chequeando los movimientos del barrio. Investiga si hay alguno por tu casa.
4. Al salir de noche
Si vas a una fiesta o sales con los amigos, asegúrate de llevar el DNI en tu billetera. Sé prudente y discreto con el dinero que gastas. Es preferible usar
solo una tarjeta de crédito. Recuerda que no es recomendable acudir al cajero automático de noche. Trata en lo posible de estar acompañado.
5. ¿Qué hacer si te roban?
Si lamentablemente eres víctima de algún hecho delictivo, primero, no opongas resistencia. Recuerda que los delincuentes son expertos en el manejo de armas blancas y de fuego, así que es mejor conservar la calma. Ellos no le temen a la muerte, temen ir a prisión. Presenta tu denuncia inmediatamente ante una comisaría y otorga solo los detalles indispensables para la investigación policial.
6. Al regresar a casa
Debes tener como mínimo tres rutas alternas para llegar a casa. Procura que tus horarios de salida y de llegada sean distintos. Siempre lleva contigo los números
de emergencia, tanto de la policía como de algún familiar que pueda acudir en tu rescate. Al llegar a casa en tu auto, observa que no haya extraños en la calle antes de detenerte y abrir la puerta.
7. Al manejar tu auto
Si estás en tu vehículo y de pronto te das cuenta de que alguien te persigue, no vayas a tu casa, busca de inmediato un lugar público, como un grifo o un centro comercial. Trata de ubicar a un policía y comunícate de inmediato por el celular con tu familia, indicando la ruta en la que te encuentras. Jamás detengas tu auto.
8. Al conectarte a internet
Cuanto menos información sensible se ponga en redes sociales, mejor. Evita subir fotos de tu casa, información de viajes, etc. Habla con tus hijos para que no entablen diálogos con desconocidos por Internet. Es recomendable incluso usar técnicas de desinformación en algunos datos, como tácticas de contrainteligencia, hasta saber bien quién está al otro lado de la pantalla.
Por César Ortiz Anderson