Creo que muchos cientos de miles de peruanos coincidimos con esto, pero… ¿Por qué no se cambian las cosas?. Pues porque nuestra superficialidad nos hace ser gitanos, improvisadores de última hora y no nos gusta agarrar al toro por las astas.
No es necesario esperar una autopsia al fútbol peruano para saber por qué en las últimas décadas estamos en el fondo de las estadísticas de este deporte internacional. Mientras otros países hace tiempo abandonaron la manera feudal de hacer fútbol, en el Perú, como amos inamovibles, ya en los clubes, ya en la Federación y principalmente en el Instituto, que es el cerebro o causa de lo que sucede en el deporte nacional, se tiene y mantiene a personas que de cualquier manera quieren tener dinero en el bolsillo y/o cargos honoríficos a costa de los peruanos, ya porque son los dueños absolutos del club o porque los eligieron, en ambos casos, vitalicios; sin importar para nada si son o no competentes en el liderazgo y manejo deportivo.
Mientras esto no cambie, seguirá siendo por siempre un show mediático, de dinero, de farándula y espectáculo, total ya hasta nos hemos acostumbrado a ser perdedores y seguiremos soñando en alguna futura generación para dentro de 3 o 4 mundiales, porque endiosamos la mediocridad, cuando la verdad es que no tenemos ni un solo jugador en el Real Madrid, en el Barcelona, en el Milán, el Chelsea u otro gran equipo de verdad.
Después del partido con Uruguay, donde tenemos enormes desventajas, aunque los milagros se suelen dar, empezará la cacería de brujas, empezando con el entrenador, que no es necesariamente cinco estrellas, pero qué cevichero hace buen ceviche con un regular pescado; seguirá con los “fantásticos” ausentes, los inexpertos actuales pero de enorme corazón, un periodismo poco inteligente en sus críticas y análisis; pero no se tocará a la verdadera causa de la enfermedad en el fútbol peruano, ni en los demás deportes, donde los deportistas peruanos brillan con su propios méritos más que con los del Instituto, la Federación, los dueños de los clubes y otros, que son los verdaderos causantes de la debacle de nuestro fútbol y demás deportes. Reingeniería absoluta en el fútbol y en todos los deportes. Para no hacer necropsias; hay que arrancar y seguir arrancando las malas yerbas cada vez que aparezcan, para que crezca, florezca y den buenos frutos los deportes en el Perú, para orgullo de los peruanos. ¡Arriba Perú!. Más allá de lo que zapatee nuestro hígado o llore nuestro corazón, que nuestro claro cerebro nos guie para hacer profundas transformaciones en el deporte nacional. Finalmente, emulando a nuestros héroes, más allá de los puntos, queremos dentro de sus limitaciones, ver como siempre, el coraje de los peruanos, ahora en camiseta deportiva… ¡Arriba Perú!