Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la NASA han detectado un planeta rocoso, no mucho mayor que Mercurio, que parece estar evaporándose bajo el calor abrasador de su estrella, ubicado a 1.500 años luz de distancia.
Este singular planeta posee una larga cola de escombros, muy parecido a la de un cometa. Según los cálculos del equipo, el exoplaneta se desintegrará por completo dentro de 100 millones de años.
Según indican los expertos, este polvoriento planeta rodea a su estrella cada 15 horas, una de las órbitas planetarias más cortas jamás observadas. Un paseo tan breve supone que ambos cuerpos están muy cerca, por lo que el planeta debe de ser calentado por su estrella a una temperatura de casi 2.000º C, nada menos.
A estas temperaturas infernales el material de roca en la superficie del planeta se funde y se evapora, formando un viento que transporta el gas y el polvo hasta el espacio. Densas nubes de polvo siguen al planeta al tiempo que éste acelera alrededor de su estrella.
Los resultados del grupo se basan en datos del Kepler, un telescopio espacial que observa más de 160.000 estrellas en la Vía Láctea. El observatorio registra el brillo de cada estrella a intervalos regulares según indica el portal ABC.