Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada. En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
– ¿Puedo hacerte tres preguntas?– La vanidosa serpiente respondió: No acostumbro dar este precedente a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar.-
Primero: ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
NO
Segundo: ¿Yo te hice algún mal?
NO
Entonces: ¿Por qué quieres acabar conmigo?
Porque no soporto verte brillar
Moraleja… no hay que envidiar al que brilla, simplemente hay que imitarlo.